"La Sustancia" (2024) de Coralie Fargeat, directora francesa conocida por su debut con "Revenge" (2017), es un thriller de ciencia ficción que explora el límite entre lo humano y lo alienígena. La película combina la tensión psicológica con una reflexión profunda sobre el cuerpo, la identidad y el control, continuando el enfoque visceral de Fargeat, pero esta vez en un escenario de horror biotecnológico.
La historia sigue a una científica, interpretada por Demián Bichir, que trabaja en un proyecto ultra secreto en un laboratorio submarino. Ella se enfrenta a una serie de incidentes después de que su equipo descubra una sustancia viva de origen desconocido, que no solo desafía las leyes de la biología, sino que empieza a afectar la realidad misma. En este contexto, "La Sustancia" presenta una narrativa que, aunque en algunos momentos parece familiar para los fanáticos de la ciencia ficción (evocando a obras como The Thing o Annihilation), encuentra frescura en su enfoque filosófico y visual.
El guion, coescrito por Fargeat y Lucile Hadžihalilović, es ambicioso en su exploración de la identidad y la moralidad. Sin embargo, a veces cae en excesos filosóficos que ralentizan el ritmo. La película deja varias cuestiones abiertas, lo que puede ser un punto fuerte para quienes disfrutan de lo enigmático, pero frustrante para quienes esperan respuestas más concretas.
Las actuaciones son sólidas, con Bichir llevando gran parte del peso emocional.
Sin
embargo, algunos personajes secundarios no están completamente desarrollados, lo que
deja la sensación de que sus historias podrían haber aportado más al conflicto central.
"La Sustancia" es una película audaz y desafiante, que puede ser apreciada por aquellos que buscan ciencia ficción atmosférica y densa en su mensaje. Si bien no es una experiencia fácil de digerir, sobre todo por su ritmo pausado y su enfoque en lo visual más que en la acción, deja una marca única en el género. Fargeat demuestra que es una directora dispuesta a empujar los límites y crear experiencias cinematográficas inquietantes, donde lo físico y lo mental se entrelazan de formas inesperadas.